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Rio de Janeiro 21 y 22 de Enero

Río de Janeiro

Por fin se acercaba el momento especial que hacía días estábamos esperando, entrabamos en la bahía de Guanabara, y la ciudad de Río amanecía ante nosotros y podíamos ver a lo largo de la costa sus amplias playas y al fondo la figura del Cristo del Corcovado en la cumbre más alta, ¡ya estábamos en Río de Janeiro¡. Uno de los destinos más esperados del viaje, ¿nos defraudaría?. En esta oportunidad el barco iba a permanecer dos días en el puerto, pasando una noche en él y lo íbamos a aprovechar. Ahora os quisiera dar unos datos sobre la ciudad. Río de Janeiro fue fundada como São Sebastião do Rio de Janeiro, capital del estado homónimo, ubicada en el sureste del país. Es la segunda ciudad más poblada de Brasil después de São Paulo y tiene más de 6,5 millones de habitantes. Fue la capital del Imperio portugués entre 1808 y 1822 y, más tarde, la capital de Brasil desde 1822, cuando la nación declaró su independencia del país luso. Conservó ese rango hasta la inauguración de Brasilia, en 1960.
Es uno de los principales centros económicos, culturales y financieros de Brasil. Y ahora que os he aportado un poco de cultura, os empezaremos a contar nuestra visita y las sensaciones que hemos sentido durante ella que adelanto han sido muy gratas, ya que a pesar del miedo por la inseguridad de las calles y del gran problema de la masificación del turismo, lo que significa colas para cualquier visita o actividad que quieras realizar, hemos acabado encantados con la ciudad y la magia que la envuelve lo que la hace un destino especial. Lo cierto es que Río es uno de los destinos donde no nos importaría volver, al contrario lo hariamos encantados
Nuestra primera visita fue subir al Corcovado, hasta donde nos desplazamos pasando por sitios tan emblemáticos como el sambódromo, hasta el edificio terminal del funicular que sube al Corcovado a través del parque de Tijuca, una verdadera y sorprendente selva. En medio de la ciudad, con inmensos bosques de arboles y vegetación de todo tipo, que nos hace creer que estemos atravesando una verdadera selva tropical. Entre sus curiosos arboles es significativo el árbol del pan.
Al llegar a la cima del Corcovado nos encontramos con la desagradable sorpresa de que la niebla cubre toda la cima y no se puede distinguir ni siquiera la estatua del Cristo Redentor desde sus pies, así como las vistas de la ciudad, pero como si se tratase de un milagro que el Cristo nos ofreció, poco a poco la niebla se difuminó y primero pudimos ver la estatua en toda su plenitud y más tarde la vista de la ciudad desde las alturas con el paisaje increíble de sus playas, el Pan de Azúcar y la ciudad entera.

En estas imágenes tenéis unas muestra del parque de Tijuca y de la ciiudad de Río desde el Corcovado

A continuación nos dirigimos hacia la zona de las playas, pasando por la exclusiva zona de la laguna de Rodrigo Freitas, gran extensión de agua salada que comunica con el mar a través de un canal y rodeado de unas viviendas de alto standing. Seguimos a través del exclusivo Barrio de Leblanc, zona residencial de lujo que llega hasta la playa de su nombre, que comunica con la de Ipanema con su acera de cerámica en forma de cuadrados, que tiene entre sus visitantes una mayoría de gente local, al contrario que la siguiente playa, Copacabana, que es ocupada más por el turismo, de casi 7 Km. de longitud y con un mosaico en forma de olas. A lo largo de la cual se encuentran incontables chiringuitos de bebidas y comidas, gente vendiendo cocos para beber su agua y souvenirs, además de multitud de instalaciones deportivas en la arena preparadas para practicar vóley, futbol y otros deportes. En resumen una magnifica playa. que finaliza a los pies del Pan de Azúcar, donde al otro lado se extienden dos playas más, Botafogo y Flamengo. No se sabe si las playas tienen nombre de equipos de futbol o los equipos de las playas. Lo cierto es que se trata de dos barrios de la ciudad que dan nombre a las dos cosas. Botafogo es una zona de oficinas de grandes corporaciones, colegios y universidades y donde antiguamente se encontraban las embajadas. Para completar nuestro día, salimos junto unos amigos que hemos hecho en el barco y con un taxi nos dirigimos a vivir la noche de Copacabana, donde tras degustar la imprescindible caipiriña, visitamos varios mercadillos, recorrimos su paseo para finalmente terminar la noche cenando en uno de sus restaurantes a base de ‘camaroes’ (gambas) cocinadas de muy diversos estilos, tras lo cual dimos por acabado nuestro primer día en Río
El segundo día de nuestra visita no fue lo redondo que se podría esperar, ya que nuestra intención era subir al Pan de Azúcar. La excursión nos llevó a visitar antes el estadio de Maracaná, que pudimos contemplar dando una vuelta a su alrededor así como nuevamente el sambódromo, una instalación de una calle de 700 metros de largo con gradas a los lados y palcos de lujo por cuya parte central desfilan todas las escuelas de samba durante el Carnaval. Finalmente llegamos a los pies del funicular que sube al Pan de Azúcar, pero intuyendo que nos íbamos a pasar varias horas haciendo cola para subir, decidimos irnos hacia la catedral y abandonar la excursión, no sin antes realizar el encargo de que nos pasaran una foto tomada desde arriba que he incluido.
Cogemos un taxi y ahí tuvimos nuestra segunda mala experiencia puesto que a posteriori comprobé como el taxista había duplicado el cargo variando solo un real y de esa forma pareciese una operación diferente, . Visitamos la catedral, un edificio enorme de una arquitectura moderna y con unos vitrales impresionantes y en la cual se estaba efectuando una ceremonia de catequesis. Tras ello, aconteció la anécdota del día, ya que nos dirigimos a visitar el convento e iglesia de Santo António, donde casi nos quedamos encerrados ya que habían cerrado y nos dejaron dentro, teniendo que esperar a que el cuidador del convento nos viniera a abrir la verja que había cerrado previamente. El resto de la visita fue desilusionante ya que al ser domingo el centro está todo cerrado (todos se van a la playa) no pudiendo ir a visitar a la recomendada Confitería Colom. Vimos el exterior del precioso teatro Nacional. Y con ello finalizamos nuestra visita a Río ya que el barco zarpaba a primera hora de la tarde.
Finalizamos esta página con dos cortos videos de la ciudad vista desde el Corcovado y desde el barco a su salida del puerto. Lo cierto es que nos vamos con una impresión muy grata de nuestra visita a Río una ciudad llena de contrastes, de partes modernas, de partes muy pobres, pero sobre todo de luz, color, música, vegetación, magnificas playas que transmiten una alegría de vivir y un deseo de regresar lo antes posible.

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