Escala en Salalah – Omán
La travesía desde Mumbai a Salalah nos llevó dos días durante los cuales navegamos hacia el Oeste por el mar Arábigo.Salalah es un puerto y ciudad del Sultanato de Omán, país que se encuentra en el sur de la península Arábiga y tiene fronteras con Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Yemen. Su capital y ciudad más grande es Mascate.
Es un país con una antigua historia, con gran poderío en el siglo XIX cuando su influencia llegaba hasta Irán y Pakistán, declinando su poder en el siglo XX cuando quedó bajo la influencia inglesa, cuya relación durante más de 300 años se basó en el beneficio mutuo dada la importancia geográfica de Omán como zona comercial, que aseguraba las rutas comerciales en el Golfo Pérsico y el Indico, donde Gran Bretaña tenía su joya de la corona, la India.

Nuestro puerto, Salalah es la capital de la región de Dhofar, al suroeste del país. Tiene zonas de cultivo dado que disfruta de un clima donde la temporada del monzón le procura precipitaciones que lo permiten. Entre su flora destaca las Boswellias sacras que son los árboles de los que se extraen el valioso incienso.
La zona cercana a la ciudad está llena de un patrimonio histórico y artístico con yacimientos arqueológicos y entre ellos el palacio de verano de la reina de Saba y la tumba de Job.
Desde el puerto de Salalah se exportaba el incienso en una famosa ruta a distintos países donde se valoraban al peso del oro y daban fama a la ciudad en todo el mundo. Esta ruta junto junto a 300.000 árboles de incienso y los restos de las ciudades situadas en la ruta de las caravanas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad. Todo esto le ha valido a la ciudad el sobrenombre de ‘la novia del mar Arábiga’.
En la actualidad la ciudad tiene cerca de 450.000 habitantes, pero nosotros no íbamos a visitar ni la ciudad ni sus alrededores. La excursión que habíamos contratado nos iba a llevar hacia el Norte, cerca de la frontera de Arabia, para visitar la ciudad perdida de Ubar, y adentrarnos en el desierto con vehículos 4X4.
Nos levantamos a las 6,30 para la excursión que como casi siempre se inicia con retraso ya que algunos pasajeros llegan tarde. Luego el retraso se acentúa más debido a que el control policiaco de la salida del puerto de los vehículos y autobuses de las excursiones, además de multitud de camiones de transporte, hace que estemos en una larga cola durante más de 30 minutos.
Cuando por fin nos ponemos en marcha, lo hacemos circunvalando la ciudad de Salalah, pasando cerca de un recinto de conciertos, el aeropuerto y las barriadas de los extrarradios.
La zona cercana a la ciudad está llena de un patrimonio histórico y artístico con yacimientos arqueológicos y entre ellos el palacio de verano de la reina de Saba y la tumba de Job.
Desde el puerto de Salalah se exportaba el incienso en una famosa ruta a distintos países donde se valoraban al peso del oro y daban fama a la ciudad en todo el mundo. Esta ruta junto junto a 300.000 árboles de incienso y los restos de las ciudades situadas en la ruta de las caravanas han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad. Todo esto le ha valido a la ciudad el sobrenombre de ‘la novia del mar Arábiga’.
En la actualidad la ciudad tiene cerca de 450.000 habitantes, pero nosotros no íbamos a visitar ni la ciudad ni sus alrededores. La excursión que habíamos contratado nos iba a llevar hacia el Norte, cerca de la frontera de Arabia, para visitar la ciudad perdida de Ubar, y adentrarnos en el desierto con vehículos 4X4.
Nos levantamos a las 6,30 para la excursión que como casi siempre se inicia con retraso ya que algunos pasajeros llegan tarde. Luego el retraso se acentúa más debido a que el control policiaco de la salida del puerto de los vehículos y autobuses de las excursiones, además de multitud de camiones de transporte, hace que estemos en una larga cola durante más de 30 minutos.
Cuando por fin nos ponemos en marcha, lo hacemos circunvalando la ciudad de Salalah, pasando cerca de un recinto de conciertos, el aeropuerto y las barriadas de los extrarradios.


Tras circular por varias rotondas cogemos una autopista de 2 carriles y la caravana de 4×4’s empieza a circular a más de 120 km por hora, en algunos tramos a 150.
Circulamos por un tramo de subida hasta llegar a una altiplanicie donde el paisaje se vuelve aún más agreste. Tras pasar otro control policiaco, ya que la carretera lleva a la capital Mascat y a Dubái, continuamos durante cerca de 2 horas nuestro camino, teniendo que reducir nuestra velocidad en algunas ocasiones al encontrarnos en medio de la ruta a grupos de vacas o de camellos transitando.
Circulamos por un tramo de subida hasta llegar a una altiplanicie donde el paisaje se vuelve aún más agreste. Tras pasar otro control policiaco, ya que la carretera lleva a la capital Mascat y a Dubái, continuamos durante cerca de 2 horas nuestro camino, teniendo que reducir nuestra velocidad en algunas ocasiones al encontrarnos en medio de la ruta a grupos de vacas o de camellos transitando.


También observamos que en medio de zonas desérticas aparecen grandes zonas verdes llenas de cultivos de cereales y hortalizas, que según el guía consiguen gracias al agua de los pozos, así como poblaciones todas con su correspondiente mezquita.


Finalmente llegamos a nuestro primer destino la ciudad perdida de Wubar o Ubar, desenterrada por el explorador Fiennes en 1992, después de que unas imágenes de satélite revelaran indicios de edificios en la arena. Se cree que esta antigua población es la legendaria ‘Atlántida de las arenas’ referida en la literatura clásica.
Realizamos una visita a los restos del fuerte excavado y bajamos hasta una cueva donde debería haber agua, pero no la hay.
Realizamos una visita a los restos del fuerte excavado y bajamos hasta una cueva donde debería haber agua, pero no la hay.




Tras esta visita arqueológica volvimos a coger los jeeps y empezamos a transitar por una pista de tierra y piedras en la que el polvo que desprenden los coches de delante hace muy difícil la visión, pero así y todo el coche circula a 120 km/h, dándonos la sensación que estamos corriendo el Paris-Dakar.
De repente en esta zona desértica sin ningún tipo de elevación o punto de referencia y que se extiende más allá de la frontera con Arabia Saudí nos encontramos con que el camino se transformó en una carretera recién asfaltada que llega hasta lo que denominan ‘el cuartel vacío’ un lugar con varios edificios y desde el que vuelve a partir otra pista que en esta oportunidad ya es de arena, con lo cual ya pudimos decir que estábamos en pleno desierto.
Al llegar a las dunas los jeeps empezaron a hacer demostraciones de subir a lo alto de ellas, aunque el nuestro en plena subida quedó encallado lo que hizo que el video que trataba de filmar no sirviera ya que el teléfono, mis gafas y la gorra salieron disparadas hacia adelante, estábamos en el Dragón Khan del desierto.
De repente en esta zona desértica sin ningún tipo de elevación o punto de referencia y que se extiende más allá de la frontera con Arabia Saudí nos encontramos con que el camino se transformó en una carretera recién asfaltada que llega hasta lo que denominan ‘el cuartel vacío’ un lugar con varios edificios y desde el que vuelve a partir otra pista que en esta oportunidad ya es de arena, con lo cual ya pudimos decir que estábamos en pleno desierto.
Al llegar a las dunas los jeeps empezaron a hacer demostraciones de subir a lo alto de ellas, aunque el nuestro en plena subida quedó encallado lo que hizo que el video que trataba de filmar no sirviera ya que el teléfono, mis gafas y la gorra salieron disparadas hacia adelante, estábamos en el Dragón Khan del desierto.
Posteriormente subimos a otras dunas esta vez de forma más tranquila y paramos en su parte alta Subimos hasta la duna más alta para hacer una panorámica de toda la zona.
Después de unos 20 minutos bajo el abrumador sol del desierto, debíamos estar a 37 o 38 grados, volvimos a los coches y nos pusimos en marcha de regreso, por las pistas de arena, la de tierra y piedras para finalmente llegar al lugar arqueológico de Ubar nuevamente y desde allí coger la carretera hacía Salalah.
Después de unos 20 minutos bajo el abrumador sol del desierto, debíamos estar a 37 o 38 grados, volvimos a los coches y nos pusimos en marcha de regreso, por las pistas de arena, la de tierra y piedras para finalmente llegar al lugar arqueológico de Ubar nuevamente y desde allí coger la carretera hacía Salalah.

Después de poco más de 1 hora nos detuvimos en un lugar con unas instalaciones realizadas para mostrar a los visitantes una visión del valle de los árboles del incienso, donde se nos explicó la forma de recogerlo, así como las calidades y precios que van aumentando cuando los árboles se encuentran más lejos de la zona costera.

Mientras contemplábamos este paisaje Nos dieron un picnic, con un bocadillo de un paté que picaba bastante, un muffin de fresa y ensalada y fruta que no comimos, además de un zumo de frutas.


Tratamos de conseguir del jefe de la expedición nos llevara a Salalah para poder realizar alguna compra, pero tras inicialmente aceptar, nos dijo después que no era posible ya que su jefe le había ordenado ir directamente al puerto pero que él se ofrecía para llevarnos desde el puerto a la ciudad nuevamente.
Algunas personas se apuntan, pero nosotros desistimos y preferimos evitar el riesgo de llegar tarde y nos vamos a descansar al camarote dando por finalizado este día que para nosotros ha sido una verdadera aventura ya que en algunos momentos nos ha dado la sensación de estar participando en un rally.
Algunas personas se apuntan, pero nosotros desistimos y preferimos evitar el riesgo de llegar tarde y nos vamos a descansar al camarote dando por finalizado este día que para nosotros ha sido una verdadera aventura ya que en algunos momentos nos ha dado la sensación de estar participando en un rally.
Nuestra singladura hacía nuestro nuevo destino, Aqaba en el Mar Rojo, se nos presenta como una nueva aventura puesto que ya hemos sido advertidos anticipadamente por el capitán de una serie de normas que debemos observar los pasajeros durante los dos próximos días siguiendo las instrucciones del organismo de tránsito marítimo internacional por la zona que vamos a pasar para llegar al mar Rojo, que es la del Golfo de Adén, el cuerno de África y el estrecho de Bab el Manded, lugares donde desde hace tiempo se producen acciones de piratería y por lo que se ha habilitado un pasillo de seguridad marítimo custodiado por naves de guerra de diferentes países occidentales prestos a intervenir en caso de algún incidente. Entre las medidas se encuentran el cierre de las zonas comunes de las cubiertas superiores como el, buffet, gimnasio, discoteca, spa etc. y las zonas externas del barco desde que anochece hasta el amanecer, así como la necesidad de tener cerradas las cortinas del camarote y no salir a la terraza durante la noche.
Todo ello ocurrirá durante las dos próximas noches. Ya veis todo un cambio en la rutina de muchos de los pasajeros.
Todo ello ocurrirá durante las dos próximas noches. Ya veis todo un cambio en la rutina de muchos de los pasajeros.