Mombasa – Parque Tsavo – Kenia
Al día siguiente de dejar Zanzíbar, llegamos al puerto de Mombasa en Kenia. Se trata de la segunda ciudad de Kenia tras Nairobi, su capital, que se halla a 500 kilómetros hacia el interior.Os hablaremos un poco de Mombasa, aunque nosotros apenas la vimos ya que nuestro destino era la reserva natural de Tsavo que se halla a 2 horas y media de Mombasa. Kenia es independiente desde 1963 y actualmente cuenta con algo más de 53 millones de habitantes, siendo sus principales riquezas el cultivo del té y del café y por supuesto el turismo basado principalmente en los safaris fotográficos a sus diferentes reservas naturales. Además de Tsavo, otras importantes reservas son Masai Mara, Amboselli a pies del Kilimanjaro y Nakuru con una colonia de rinocerontes.
En Kenia se habla suajili e inglés y la principal religión es el cristianismo, aunque también hay musulmanes y animistas.
Mombasa tiene una población de 1 millón y medio de habitantes, siendo la primera capital del África Oriental británica, antes que Nairobi fuese elevada a capital en 1907. La ciudad es conocida como la ciudad blanca y azul y tiene un gran patrimonio histórico y cultural y fue nombrada por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad.
Ya os hemos dicho que apenas vimos su puerto y los barrios cercanos a él, pero los comentarios de la gente que la visitó era la de una ciudad bastante sucia y pobre con multitud de gente montones de gente sin hacer nada y esto nos llevó a hacer una consulta y Kenia es el tercer país con más corrupción de África y el nivel de empleo cualificado es muy bajo. La imagen de la portada es la de un monumento que se erigió en Mombasa para celebrar la visita oficial de la hermana de la reina Isabel, la Princesa Margarita. El monumento creado es la imagen de unos colmillos de elefantes que forman la letra M, de Mombasa y de Margarita. Ahora os comentaremos como fue nuestra experiencia en Kenia.

Tras dormir poco ya que nos tuvimos que levantar a las 6 de la mañana para poder desayunar alguna cosa, puesto que la hora para estar en el punto de encuentro de la excursión al parque Tsavo era a las 7.15.
Fuimos acomodados en un vehículo similar a los Volkswagen California en los que viajamos 8 personas, una familia portuguesa con los padres, dos niños y 2 tíos, más nosotros 2, junto al chofer. Formamos parte de una caravana compuesta por más de 40 vehículos.
Tras circular por la zona portuaria y una zona bastante pobre de la ciudad parecida a las favelas brasileñas, cogimos la carretera que va de Mombasa a Nairobi. El parque se halla a unos 160 Km de distancia. El viaje en si ya es una aventura. La carretera en muchos de sus tramos tiene un pavimento muy deteriorado, y cada vez que pasamos por alguna población, nos sumíamos en largas caravanas para atravesarlas, pudiendo comprobar la miseria de las casas hechas en su mayoría de chapa o ramas de árboles y la cantidad de gente que hay por la calle.
En esas poblaciones vimos detalles que nos llamaron mucho la atención como podréis comprobar en las fotos. En un lugar vimos enfrente de un edificio, que creemos era un banco, una cantidad importante de personas sentadas en sillas a la sombra de un árbol. Vamos la sala de espera para ser atendidos en el banco. En todas las poblaciones vimos muchas edificaciones de una planta que en su rotulo indicaba que se trataban de hoteles y en algunos incluso ponía de lujo, pero lo cierto es que la imagen que deben de ser bastante precarios. Nos parece increíble la cantidad de camiones que transitaban por sus carreteras y que también se hallan aparcados en los arcenes.
Fuimos acomodados en un vehículo similar a los Volkswagen California en los que viajamos 8 personas, una familia portuguesa con los padres, dos niños y 2 tíos, más nosotros 2, junto al chofer. Formamos parte de una caravana compuesta por más de 40 vehículos.
Tras circular por la zona portuaria y una zona bastante pobre de la ciudad parecida a las favelas brasileñas, cogimos la carretera que va de Mombasa a Nairobi. El parque se halla a unos 160 Km de distancia. El viaje en si ya es una aventura. La carretera en muchos de sus tramos tiene un pavimento muy deteriorado, y cada vez que pasamos por alguna población, nos sumíamos en largas caravanas para atravesarlas, pudiendo comprobar la miseria de las casas hechas en su mayoría de chapa o ramas de árboles y la cantidad de gente que hay por la calle.
En esas poblaciones vimos detalles que nos llamaron mucho la atención como podréis comprobar en las fotos. En un lugar vimos enfrente de un edificio, que creemos era un banco, una cantidad importante de personas sentadas en sillas a la sombra de un árbol. Vamos la sala de espera para ser atendidos en el banco. En todas las poblaciones vimos muchas edificaciones de una planta que en su rotulo indicaba que se trataban de hoteles y en algunos incluso ponía de lujo, pero lo cierto es que la imagen que deben de ser bastante precarios. Nos parece increíble la cantidad de camiones que transitaban por sus carreteras y que también se hallan aparcados en los arcenes.


Finalmente, tras dos horas y media, llegamos a la puerta del parque. Allí se armó un gran lio, ya que todos los conductores deben ir a la puerta a sacar los billetes de todas las personas que acudimos a la excursión, con lo cual al juntarse más de 40 vehículos tardamos más de 40 minutos en poder entrar en el parque, vamos un dechado de organización.
Mientras el chofer aprovechó para levantar o el techo dejando así un mirador para poder ver de pie, desde el interior del coche, los animales que iríamos encontrando.
Mientras el chofer aprovechó para levantar o el techo dejando así un mirador para poder ver de pie, desde el interior del coche, los animales que iríamos encontrando.

Finalmente, entramos en el parque, transitando por una pista de tierra rojiza que levanta bastante polvo, empezamos a recorrer la sabana con su belleza exótica, en busca de nuestros primeros animales que fueron una especie de antílopes.
Recorrimos más de 40 km de esta pista y durante el trayecto pudimos observar elefantes, impalas y en una zona donde encontramos más de 20 vehículos detenidos que provocaron un gran atasco, una leona echada en unos matorrales que finalmente se levantó y marchó.
Algunos animales nos visitaron en el interior del vehículo como unos grandes insectos negros con rayas amarillas que asustaron mucho a los niños y ellos a nosotros con sus gritos.
Algunos animales nos visitaron en el interior del vehículo como unos grandes insectos negros con rayas amarillas que asustaron mucho a los niños y ellos a nosotros con sus gritos.



Desde allí nos dirigimos al Ashnil Aruba Lodge, un hotel en medio de la sabana con unas bellas instalaciones, teniendo incluso una piscina, donde comimos en unas mesas puesta en el jardín con un self service de platos muy correctos y todo acompañado por una fresca cerveza del país, la Tuskaner y una coca cola Zero.

Allí pudimos ver una especie de lagarto de colores e incluso uno de estos lagartos vino debajo de nuestra mesa y me empezó a trepar por el pantalón, pero con una sacudida me lo saqué de encima.


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Dejamos el parque y volvimos a la locura de la carretera, realizando el camino inverso al de la mañana, y lo cierto es que esto sí que volvió a ser otra verdadera aventura, la carretera estaba llena de camiones y al ir un poco apurado de tiempo, el chofer adelantaba casi siempre al límite. Volvimos a pasar por las poblaciones de la mañana, donde aún había más gente en la calle, deambulando entre los puestos de los mercados y comercios cerca de ellos.

A la salida de una de las poblaciones donde imaginamos que había una especie de control ITV de camiones, comprobamos en el carril contrario una larga cola de varios kilómetros de camiones parados a la espera, suponemos de pasar el control.
El chofer en cuanto había posibilidad cogía mucha velocidad y adelantaba los camiones y coches que podía y gracias a ello llegamos al barco solo 5 minutos antes de la hora máxima de llegada, aunque lo cierto es que quedaban muchos coches aún por llegar.
Tras llegar al puerto, pasando antes por unos tenderetes de souvenirs para comprar algún recuerdo, nos despedimos de nuestra aventura en Kenia. Ya hemos conocido la sabana y su belleza, hemos disfrutado de un safari fotográfico y nos reafirmamos en la idea que teníamos a cerca de ello con anterioridad. No creemos que volvamos a tener una experiencia semejante. Entendemos que hay mucha gente que disfruta con este tipo de viaje de aventura, pero no es nuestro caso.
El barco zarpa del continente africano para llevarnos a otro destino exótico, las islas Seychelles que se hayan a 1002 millas náuticas y dos días de navegación.
El chofer en cuanto había posibilidad cogía mucha velocidad y adelantaba los camiones y coches que podía y gracias a ello llegamos al barco solo 5 minutos antes de la hora máxima de llegada, aunque lo cierto es que quedaban muchos coches aún por llegar.
Tras llegar al puerto, pasando antes por unos tenderetes de souvenirs para comprar algún recuerdo, nos despedimos de nuestra aventura en Kenia. Ya hemos conocido la sabana y su belleza, hemos disfrutado de un safari fotográfico y nos reafirmamos en la idea que teníamos a cerca de ello con anterioridad. No creemos que volvamos a tener una experiencia semejante. Entendemos que hay mucha gente que disfruta con este tipo de viaje de aventura, pero no es nuestro caso.
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