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Nosy Be – Madagascar, 8 de Febrero de 2024

Nosy Be – Madagascar

Tras solo un día de navegación, llegamos a esta isla desconocida para nosotros que forma parte de Madagascar. Se halla frente a la costa noroeste de la inmensa isla de Madagascar, la cuarta más grande del planeta, y forma parte de un pequeño archipiélago de islas. Es el destino de playa tropical del país. Nosy Be significa Isla Grande en malgache y es su destino turístico por excelencia.
Nosy Be es la isla principal con unos 60.000 habitantes y situada a solo 8 kilómetros de la costa de Madagascar. La ciudad principal es Hellville y de la que solo vimos su pequeño puerto. Contrariamente a su nombre, es un lugar bastante agradable nos comentaron. La isla tiene una extensión de 300 km cuadrados. En su interior hay 11 lagos de cráter volcánico y tiene algunas playas y complejos turísticos de lujo a lo largo de su costa. Habíamos contratado una excursión para visitar 2 islas pequeñas cercanas, con un encanto especial.
Encaramos el día con optimismo y dado que teníamos que estar en el punto de reunión a las 8,15, ya que el barco quedó fondeado frente de la costa y era necesario tomar un tender para llegar a ella, tuvimos que levantarnos temprano.
Salimos sobre las 8,30 hacía el puerto de Hellville. Nada más llegar nos colocaron en una cola para coger la embarcación fuera borda con un guía nativo que hablaba un español un poco lamentable, nos indicó cual iba a ser el plan del día.
Este se inicia dirigiéndonos a la cercana isla de Tany Haly en un trayecto de unos 35 minutos que disfrutamos contemplando las diferentes islas cercanas y las embarcaciones pesqueras que nos fuimos encontrando en el camino. Taly Haly es un parque marino nacional.
Llegamos a una playa de la isla y en primer lugar subimos un sendero que nos llevó al punto más alto de la isla, donde hay un faro y desde allí disfrutamos de una vista privilegiada de toda la zona y de la multitud de islas que nos rodeaban.
En el descenso nos fijamos en los carteles que explicaban el nombre de diferentes árboles y a Inma le llena de curiosidad un árbol que según los nativos se utiliza para tratar la apendicitis.
Una vez vueltos a la playa nos prepararnos para hacer una inmersión en la zona de corales que había cerca de la orilla.
Teníamos que probar por primera vez tanto el funcionamiento de una escafandra para respirar bajo el agua de Decathlon, así como otra más arriesgada, que era comprobar cómo se comportaba la GoPro durante la grabación bajo del agua. Lo cierto es que ambas cosas funcionaron bastante bien.
Pudimos disfrutar de una zona de corales preciosos de todo tipo y de una gran variedad de peces tropicales de pequeño tamaño pero que nos hipnotizaron pasando bastante tiempo en el agua contemplándolos. Aunque la propaganda hablaba también de tortugas, a estas no las vimos.
Tras unas dos horas en la playa, volvemos a subir a nuestra embarcación para ir a la isla de Nasy Komba que es famosa por albergar el parque de lémures. Cuando nos acercábamos a la isla pudimos observar diferentes edificaciones de un lujo que no tenía nada que ver con el poblado de la isla donde llegamos. Son casa residenciales de alto standing.
Llegamos a la playa de la isla y nos dirigimos a través de un poblado con multitud de personas y paradas de recuerdos y de artesanía, principalmente manteles bordados, hacia la zona donde habitan los lémures.
Pasamos por delante de un colegio con tres clases distintas divididas por edades y en todas pedimos permiso al profesor para hacer una foto y conversar con los niños revolucionándolos un poco. Pasamos también por delante del hospital, un local bastante precario.
Llegados al parque vimos que un poco de plátano hacía que los lémures se acercaran y comieran de tu mano. Interactuamos un poco con ellos y les hicimos fotos, pareciendo que posaban para ello.
nDescendimos por otra parte del poblado, con casas de madera y algunas de ladrillo de hormigón muy precarias con una sola habitación y casi sin ningún mueble.
Nos dirigimos a un restaurante donde nos dieron una ensalada de patata, arroz, y unas brochetas de carne y de gambas. De postre fruta, plátanos y papaya. Para beber tenían una cola propia, así como naranjada, yo pedí cerveza que estaba un poco caliente.
Tras la comida volvimos a dirigirnos hacia el poblado para ver sus tiendas y finalmente compramos algún recuerdo con motivos locales.
También pasamos delante de la zona donde los pescadores dejan sus barcas y redes tras la jornada de pesca.
Tras una hora volvimos a subir a nuestra lancha y a una gran velocidad, lo que propició que todos nos mojáramos con el agua que la lancha iba levantando, nos dirigimos al muelle donde cogimos el tender para volver a nuestro crucero.
Fuimos a ver la salida del crucero del archipiélago mientras observábamos el crepúsculo.
Hemos disfrutado mucho del día con actividades especiales como hacer esnórquel y conocer a estos simpáticos animales que son los lémures. Pero lo más especial puede que haya sido el contacto con los niños y sus profesores en una escuela rural del tercer mundo, nos ha impactado ver la felicidad en la cara de estos niños.
Ahora nos dirigimos a la cercana ciudad de Antsiranana que, si se encuentra en la isla de Mozambique y que se halla a 195 millas náuticas, por lo cual mañana a primera hora llegaremos a su puerto.

1 comentario

  1. ESTHER lopez

    Me a gustado todo mucho pero sobre todo el buceo faltaba tu madre bajo el agua con lo que le gusta besitos,la clase de los niños todos con cara de felicidad fantastico

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