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Amazonas, 11 de Marzo de 2024

Amazonas

Tras 4 días de navegación, durante la noche llegamos delta del Amazonas y nos adentramos en este colosal río. Tiene una longitud de 6992 Km. y el tamaño de su cuenca es de 6.112.000 km2. Su caudal medio es de 209.000 m3/s que representa el 20% del agua fluvial mundial que entra en el mar.
Este inmenso mar dulce alberga 3000 especies de peces, la serpiente más grande del mundo, la anaconda gigante, delfines rosados que forman parte de una de las 4 especies de delfines de rio existentes. También alberga a el caimán negro, y las conocidas pirañas.
Fue bautizado por Francisco de Orellana, primer explorador europeo que llegó a la zona, que tras una batalla contra los indígenas pira-tapuya en la que hombres y mujeres lucharon codo con codo. Debido a que según la mitología griega ‘las amazonas’ eran un grupo de mujeres guerreras nómadas que vagaban por los alrededores del Mar Negro aunque esto es parcialmente ficticio. El mito de las amazonas se basa en los escitas, un grupo conocido por su maestría en la equitación y el tiro con arco. No era una sociedad exclusivamente femenina, pero las mujeres se unían a los hombres en la caza y en la batalla. Basándose en esta mitología, se cree que Orellana dio al rio el nombre comparando a las mujeres de este pueblo con las amazonas mitológicas.
El alto Amazonas o Marañón nace en Perú en el glaciar de Huacra a 5.240 metros de altitud. Desciende por la vertiente oriental de los Andes septentrionales y tras la confluencia con el Ucayali, toma el nombre de Solimoes y más tarde al llegar a Manaos y juntarse con el rio Negro pasa a llamarse Amazonas.
Tiene más de 500 afluentes, entre ellos veinte poderosos ríos con más de 1500 Km de longitud y por ejemplo el rio Negro lleva tanta agua como el Congo, el Tapajós y el Xingú son tan caudalosos como el Ganges. Los afluentes aumentan la anchura del rio entre 4000 y 6000 metros aguas arriba de Manaos y a cerca de 10.000 metros en su curso inferior. Sus aguas son muy profundas, de 50 a 80 metros cerca de Manaos y de 25 a 45 rio abajo. El cauce principal contiene una terraza alta e insumergible (tierra firme) y una zona de inundación de 30 Km de anchura en la zona de Santarém y de 80 a 100 Km tras la confluencia del rio Negro. En el curso inferior tiene una pendiente media de 20 mm por kilómetro, por lo que la velocidad del agua no suele superar los 3 Km por hora.
Es fácilmente navegable. Los mismos portugueses tras descubrir su delta pudieron utilizarlo para extender su soberanía sobre la inmensa llanura amazónica. Con ello lograron detener las aspiraciones españolas que ocupaban las montañas andinas y la cuenca del Orinoco, empezando a explotar la región más extensa y salvaje de Brasil, la selva amazónica.
Los 10 millones de personas que viven en sus orillas solo pueden cruzarlo en barca. La falta de puentes se debe en parte a los cambios estacionales del cauce que durante la época húmeda puede subir más de 9 metros y triplicar la anchura en algunos lugares. Sus blandas orillas se erosionan convirtiendo zonas antes resistentes en llanuras aluviales inestables y para construir un puente este tendría que tener una longitud increíble para tener una base segura. A lo largo de su cauce existen pocas carreteras ya que la mayoría del transporte tanto de mercancías como de personas se realiza por vía fluvial.
Nuestra primera impresión al encontrarnos navegando por él fue e la gran anchura que tenía el río, acostumbrados a los ríos españoles y europeos. Es impresionante ver la inmensa pared de arboles y vegetación en las dos orillas del rio que se extiende hasta el horizonte. Es una gran llanura, no se distingue ninguna altura que sirva de referencia en todo el trayecto.
A lo largo del cauce vamos viendo de cuando en cuando casas aisladas, casi todas ellas con explotaciones ganaderas. También en su cauce van apareciendo pueblos y alguna ciudad de gran tamaño, pero la sensación de inmensidad verde deshabitada te hace estar admirando el paisaje durante todo su cauce, salpicado de pequeñas islas que generan dos brazos del rio.
Al llegar el barco a una de estas pequeñas poblaciones al poco de navegar por él, Fazendinha, se detuvo para esperar la llegada de 2 pilotos locales que iban a ayudar al capitán en la navegación por el Amazonas. Tras esta única parada seguimos nuestro camino hacia Manaos, de la que nos separaba un día y medio de navegación.
Otra de las grandes atracciones que nos brindó la navegación por el rio fue, que debido a la idea de impedir al máximo la llegada de insectos y mosquitos a la nave y evitar sus inconvenientes, al anochecer las luces de las cubiertas superiores permanecieron apagadas.
Estos fueron las dos primeras mariposas que vimos en el barco y que eran preciosas y raras.
Algunos de los pasajeros, al subir a la noche a la cubierta superior, tuvimos el placer de disfrutar de la visión de la bóveda celeste en todo su esplendor. Pudimos observar miles de estrellas, contemplar la Vía Láctea, así como algo tan difícil como es la Osa Mayor y la Cruz del Sur al encontramos en el ecuador.
La experiencia de navegar por este inmenso rio es algo que no se puede plasmar en palabras y creemos que tampoco en imágenes. Es algo que se ha de disfrutar en vivo para poder percibir la sensación de estar en medio de un espacio natural incomparable y que así y todo solo te puedes hacer una muy pequeña idea de lo que significa.
Antes de finalizar os queremos dejar dos imagenes de atardeceres en el Amazonas.
Ahora seguimos camino a Manaos donde nos esperan nuevas sensaciones.

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