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 Miami – 29 y 30 de Marzo

Miami, 29 de Marzo (1er día)

Tras una corta travesía nocturna llegamos al muelle de cruceros de la ciudad de Miami donde atracamos junto a 6 cruceros más.
La ciudad de Miami fue fundada por una mujer conocida como ‘la madre de Miami’, Julia Tuttle. Se trataba de una empresaria local que poseía propiedades en la zona y que convenció al magnate del ferrocarril Henry Flagler para que extendiera la línea férrea que llegaba más al norte de Florida hasta el territorio del rio Miami. Como compensación le entregó gratuitamente los terrenos para un hotel y una estación de ferrocarril.
El 22 de abril de 1896 llegó el ferrocarril y en julio sus 28 residentes votaron a favor de constituir la ciudad, siendo ésta la única ciudad norteamericana fundada por una mujer. La ciudad debe su nombre a la tribu nativa mayimi, que vivió en la zona durante los siglos XVII y XVIII.
En la actualidad, Miami es una metrópolis costera del estado de Florida, situada en el condado de Miami-Dade. Tiene una población de alrededor de 456.000 habitantes, siendo la segunda población más habitada del estado tras Jacksonville.
Una de sus principales atractivos es la posesión de una de las mayores colecciones de edificios Art Deco del mundo. A principios de la década de los 70, los promotores inmobiliarios estuvieron a punto de destruir los emblemáticos edificios, pero la Miami Design Preservation League (MDPL), un grupo de urbanistas activistas logró salvarlas tras una campaña de información. Al menos existen 30 manzanas con hoteles, tiendas y restaurantes en edificios de color pastel, en Miami Beach que presentan fachadas Art Deco, todo un espectáculo.
Habíamos decidido comprar una excursión del barco, ya que al tener que pasar el trámite del control de inmigración que parecía iba a ser harto complido, no podíamos comprometernos con ninguna excursión externa ya que no sabíamos a qué hora podría acabar el trámite y con la del barco estábamos más protegidos con el horario. Nuestra excursión tenía el punto de encuentro a las 8,30 y fuimos llamados para bajar a la terminal a las 9 de la mañana. Pasamos el control de inmigración sin problemas, incluso hablamos con el agente de aduanas, dado que el ordenador le funcionaba muy lento y dio tiempo de conversar sobre la vida en España y Miami. Había viajado hacía poco a Grecia, de donde era su familia, y al regreso estuvo dos días en Madrid y le encantó nuestra forma de vida, sobre todo la comida y la cerveza Mahou.
Llegamos al exterior de la terminal y aún no había llegado el autobús de la excursión ya que tenían claro que nos retrasaría el control de inmigración. Tras llegar al cabo de unos minutos, la guía que nos iba a acompañar nos informó del recorrido a realizar.
Primero y a través del puente que la une a la ciudad nos dirigimos a Miami Beach. Circulamos primero por Lincoln Road y luego por Ocean Drive y su paseo marítimo donde pudimos observar los famosos edificios de Art-Nouveau de la zona.
. Tras ello nos dirigimos hacía el Downtown pasando junto a diferentes edificios singulares como la Torre de la Libertad y el pabellón de básquet de los Miami Heats.
Circulamos por el extrarradio de la ciudad para dirigirnos hacía la Reserva de los Everglades, trayecto que nos llevó unos 45 minutos durante los cuales la guía nos explicó la historia de esa zona. El parque actualmente tiene una extensión de 6104 kilómetros cuadrados, y solo representa el 20% de la extensión original del humedal. Acoge un ecosistema único en el mundo. Everglades, cuya traducción podría ser «ciénagas eternas», fue conocido por los españoles como Cañaveral de La Florida. El parque fue creado el 6 de diciembre de 1947. En 1976, fue declarado reserva de la biosfera por la Unesco, en 1979 Patrimonio de la Humanidad, y en 1987, humedal de importancia internacional. Entre 1993 y 2007 estuvo inscrito en la lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro, volviendo a incluirse en el año 2010.
Al llegar allí comprobamos que había mucha gente haciendo cola. La guía nos consiguió las entradas y en primer lugar subimos a una embarcación de las típicas con un ventilador de hélice en la parte posterior.
Navegamos a través de unos canales con una vegetación exuberante.
Cuando ya regresábamos por fin pudimos ver un aligátor en medio del canal que pudimos observar durante bastante rato ya que se dedicó a dar vueltas alrededor de nuestra embarcación.
Tras esta experiencia fuimos a una zona con gradas delante de un espacio protegido con un cristal en cuyo interior hay unos cuantos aligátores. Un cuidador, en ingles explicó las características y nos mostró diferentes acciones con ellos, arrastrándoles, abriéndoles la boca para mostrar la dentadura.
Tras esta exhibición regresamos al autobús y nos dirigimos hacia la ciudad, concretamente hacía el barrio de Little Habana, donde al llegar nos dirigimos hacía la famosa calle 8 llena de restaurantes, bares y comercios cubanos, con música por todos los lados.
Vimos el parque del Dominó donde la gente juega durante todo el día a ese juego.
Tratamos de comer en un restaurante, pero fuea imposible ya que no teniamos tiempo y debíamos esperar mucho por lo que nos conformamos con un sándwich cubano y una empanadilla en una pastelería.
Desde allí nos dirigimos a uno de esos bares-restaurantes locales con un grupo que tocaba música cubana y nos tomamos un café. Tras ello fuimos a una tienda de souvenirs y compramos camisetas.
De vuelta al autocar realizamos una visita panorámica por la zona de Miami Design District, un barrio de reciente creación que se halla repleto de galerías de arte y de tiendas de diseño y moda, la mayoría de ellas de marcas de lujo.
Seguidamente nos dirigimos a la zona de Wynwood, zona de arte y de artistas callejeros con multitud de pinturas murales en sus paredes. Se trataba de una zona muy interesante que nos apuntamos para visitar más en profundidad.
Desde allí nos dirigimos hacia la zona de Bayway cercano al lugar donde se halla la terminal de cruceros. Allí hay un gran centro comercial abierto. Damos una vuelta por él y aprovechamos para reservar billetes para el día siguiente en el autobús ‘Big Bus’ de dos pisos y realiza una ruta por los lugares más emblemáticos de la ciudad, para el día siguiente.
El autobús nos devolvió al crucero sobre las 6.30 de la tarde. Allí hablamos con una pareja conocida del crucero y quedamos a las 8 para salir a cenar a la zona de Ocean Drive, en Miami Beach. Mientras esperábamos contemplamos un ocaso precioso.
Llamamos a un Uber, pero algo funcionó mal y la conductora avisa que el servicio ya está hecho. En la terminal hablamos con otro conductor de Uber que acababa de dejar unos pasajeros y le explicamos el caso. Nos dijo que reclamemos y se ofreció a llevarnos. Al llegar allí le indicamos si podía venir a recogernos a las 11.30 y accedió.
Paseamos por Ocean Drive la famosa avenida que conocíamos vemos en las series de la tele con sus luces de neón iluminando la noche. Había mucha gente, mucha música y un montón de coches pasando poco a poco exhibiéndose.
Tras pasear admirando los diferentes edificios muchos de ellos famosos entre ellos el conocido palacete de Versace en cuya puerta fue asesinado el modista.
Fuimos a cenar a un local con camareros hispanos que nos recomendaron que pedir. Tras la cena, seguimos nuestro paseo pasando por delante de un local, el Palace, un lugar abarrotado donde una serie de travestis montaban un número provocativo de karaoke tanto con la gente del local como con la que pasaba por la calle.
A la hora acordada llegó el Uber y nos dirigimos hacía la terminal del barco, primero por una ruta que circula por un túnel que pasaba por debajo de la bahía, pero al salir de él nos encontramos que el acceso estaba bloqueado y había dos coches de policía que impedían el paso.
Dimos media vuelta y nos dirigimos por el otro acceso existente a través de un puente, pero nos encontramos que este también estaba bloqueado. Le indicamos al chofer que siguiera adelante por el único carril abierto que había que nos llevaba hacia otros dos coches de policía que allí se encontraban. Uno de los policías se dirigió hacia nosotros y le indicamos que somos pasajeros de uno de los cruceros y tras enseñarle las tarjetas del crucero nos permiten el paso, el conductor respiró fuerte y dijo que menos mal que sabíamos algo de inglés para hablar con el policía ya que él no tenía ni idea, cosa que nos dejó perplejos.
Tras esta aventura nos fuimos al camarote casi a las 12,30 finalizando de esta forma nuestro primer día en Miami.

Miami 30 de Marzo (2ºdía)

Para iniciar nuestra segunda jornada en Miami, y dado que ya habíamos reservado dos billetes para recorrer la ciudad, nos levantamos temprano y tras desayunar bajamos sin tener que pasar ningún control. En la puerta de la terminal nos indican que la empresa de Big Bus nos podría llevar al punto de inicio de la ruta en Bayside Marketplace.
Cogimos la lanzadera y llegamos rápidamente allí, subiendo a la planta superior del primer autobús que iniciaba la ruta dirigiéndose hacia Miami Beach a través del puente que la une con la ciudad.
Hacía la mitad de puente pudimos observar las islas que a nuestra izquierda albergan las lujosas mansiones de las que son propietarios millonarios y gente famosa. Entre ellas destaca la mansión que se utilizó en el rodaje de El Padrino.
Nos bajamos en la primera parada que se encontraba en South Beach y nos dirigimos a observar nuevamente los edificios Art Deco, ahora a plena luz del día.
Nos acercamos, a través del paseo de Ocean Drive, a la cercana playa donde tomamos algunas fotos de los emblemáticos puestos de vigilancia de madera de los vigilantes de la playa.
Volvimos a la parada y esperamos la llegada del siguiente autobús, recorrimos en su piso superior nuevamente toda la zona de Miami Beach desde South Beach, pasando por Soundscape Park y Lincoln Road, que es la principal calle comercial de Miami Beach y que por supuesto se halla repleta de edificios del mismo tipo arquitectónico, Mid Beach donde se halla el hotel Riu y North Beach que es la zona donde se hallan los grandes hoteles como el Fontainebleau y Lexington.
Desde allí volvemos cruzando otro puente desde el que se puede contemplar todo el skyline de la ciudad, llegando al Midtown donde se halla la zona de Miami Design District, distrito del Diseño, donde se hallan todas las tiendas de las grandes marcas.
Llegamos por fin a la parada de Wyndwood Walls, que es la zona del arte callejero que el día anterior habíamos decidido visitar. En esta zona hay numerosas paredes pintadas artísticamente con diferentes motivos, así como elementos urbanos caracterizados todos ellos bastante impactantes.
Bajamos y nos dirigimos al Museo de Windwood, donde están las obras de diferentes artistas de todo el mundo que regularmente son restauradas y entramos a visitarlo.
El museo tiene la mayoría de sus obras en muros al exterior.
También hay salas donde se exponen no solo pinturas si no también esculturas hechas con materiales reciclables.
Entre las esculturas, la más emblemáticas es la figura gigante de un niño enfadado de color verde. Fue una visita muy interesante e hicimos numerosas fotos.
Tras tomarnos un café en un establecimiento cercano al museo, donde nos atendió un chico español que había vivido muchos años en Barcelona, regresamos a la parada y debimos dejar pasar el pasar el primer bus ya que se llenó con la gente que esperaba antes que nosotros.
En el siguiente subimos y recorremos el Downtown, donde vemos las grandes obras que se están realizando para construir un puente, Signature Bridge por donde circulará una autopista en el corazón del centro de Miami, y que estará terminada en 2026.
También vemos los grandes edificios de cristal que se han multiplicado en la zona en muy pocos años tal como nos indicó la guía el día anterior y entre los que destaca la nueva torre The Elser Hotel.
El siguiente destino era Little Havana, y dado que ya la habíamos visitado el día anterior decidimos bajarnos y dar por concluido el trayecto con el bus en la siguiente parada que se hallaba justo frente a la zona de Bayway, junto a la emblemática noria, donde nos dirigimos para ir a comprar algunos recuerdos.
Tras pasear entre la gente, la mayoría cruceristas y dado que estábamos un poco fatigados decidimos coger el bus que nos llevaría al barco.
Por la tarde al zarpar el barco, nos despedimos de Miami con la idea que se trata de una ciudad muy atractiva para los propios americanos tanto por su modernidad como sobre todo por su clima, lo que hace que cada día halla más americanos que se trasladan a residir a ella y no solo los jubilados. Para nosotros, la zona de Miami Beach con su arquitectura Art Decó, Little Havana por su esencia cubana, y el nuevo barrio de Wyndwood Walls son lo lo más destacable. Miami es una ciudad nueva que está creciendo a pasos agigantados, con numerosos rascacielos, pero tenemos la sensación de que, a excepción de determinados lugares, la ciudad carece de alma, una ciudad que crece gracias a las grandes inversiones de todo tipo que se están realizando en ella, pero sin un pasado en que sustentarse.
La única referencia que teníamos de ella son las series policiacas y de cárteles de la droga de los años 70 y 80, cosa que nos da la impresión que por suerte ya han superado. Tras Miami nos dirigimos hacia el final de nuestro viaje, la ciudad de Nueva York, que se hallaba a 983,5 millas náuticas.

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