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Hobart – Tasmania – 15 de Marzo

Hobart – Isla de Tasmanía 1ª escala en Australia

Tras dos días más de navegación por el Mar de Tasmania desde nuestra salida de Milford Sound, y tras tener que atrasar dos horas nuestros relojes, llegamos a Hobart, la capital del estado insular de Tasmania, que forma parte de Australia. La capital tiene unos 55.000 habitantes y tiene como telón de fondo el monte Wellington con 1270 metros de altura. La primera novedad de este destino es que por primera vez en el viaje tenemos que realizar el trámite de pasar un control aduanero. En Australia es necesario bajar con el pasaporte y rellenar una ficha y pasar un cara a cara con el agente policial, lo cual nos llevó más de una hora y media de cola. Una vez finalizado el trámite empezamos a pasear por Hobart, toda vez que la excursión programada no la tenemos hasta las 14,45. Paseamos por los muelles viendo diferentes esculturas dedicadas a las mujeres que llegaban presas a la isla desde Inglaterra, la mayoría acusadas de prostitución, y la estatua de Louis Bernacchi, el primer expedicionario australiano en pasar un invierno en la Antártida y de la que también existe una réplica de la cabaña que construyeron allí.
Tras pasar por los muelles de pescadores y deportivos, llegamos al Barrio de Salamanca, que debe su nombre a la celebración de la batalla que Wellington ganó en España a las tropas de Napoleón, una zona de bares, restaurantes y tiendas de diseño, con una gran vida y belleza y en cuya plaza con edificios de arenisca se albergan galerías de arte y un centro cultural. Paseamos por sus calles y nos tomamos un capuchino en una de sus terrazas.
Desde allí entramos al exclusivo barrio de Battery Point que se eleva sobre la bahía y el puerto. Es un barrio histórico con callejuelas estrechas y casitas de la época colonial rodeadas de parques y jardines. Regresamos y vamos a visitar el exterior del Parlamento de Tasmania.
Paseamos por el Parque de Saint David, en cuyos muros hay lapidas del antiguo cementerio que se encontraba allí anteriormente y nos dirigimos por las calles del centro comercial de la ciudad hacia la catedral anglicana de Saint David de estilo gótico tardío y de una gran belleza y proporción en sus formas. Desde allí pasando por el Ayuntamiento de la ciudad fuimos hasta el Museo de Tasmania, donde visitamos las salas de los antiguos habitantes (totalmente desaparecidos, al menos no vimos ninguna persona con rasgos aborígenes) y la sala de los animales autóctonos.
Por la tarde iniciamos la excursión que nos llevara a Bonorong Wildlife Sanctuary, lugar en el cual una asociación particular se dedica a cuidar y curar animales salvajes de la zona para su conservación y que se encuentra a unos 35 Km. de la ciudad. En el interior del recinto podemos observar multitud de canguros muy sociables a los que se les puede dar de comer y acariciar, pero solo en el pecho. También observamos serpientes, cacatúas y otras variedades de pájaros y una especie de erizos. Pero las atracciones de la reserva son: el demonio de Tasmania, una especie entre perro y cerdo con una dentadura impresionante, y sobre todo los wombats que son unos marsupiales con forma de oso pequeño y una imagen de animal de peluche y que tienen la particular característica que sus ‘cacas’ son de forma cúbica. Tras un poco más de una hora de visita regresamos a la ciudad de Hobart a través del puente que une las dos partes de la bahía
Mirar que imagen más bonita de un wombat
Y aquí una imagen del ‘temido’ diablo de Tasmania
Finalmente regresamos al barco y desde la terraza del camarote nos despedimos de nuestro primer destino australiano, emprendiendo el camino hacia uno de nuestros destinos favoritos del viaje, Sídney.

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