Escala en Napier – 3ª escala en Nueva Zelanda
Nuevamente y tras una noche de navegación llegamos a nuestra siguiente escala en Nueva Zelanda, la ciudad de Napier. Esta ciudad hasta ahora desconocida por nosotros tiene una gran historia detrás. Se haya en la Hawkes Bay, una de las provincias más fértiles de Nueva Zelanda. La ciudad cuenta con unos 67.000 habitantes y tiene una gran característica y es que es conocida como la capital mundial del ‘Art Decó y esto se debe a que en 1931 un terremoto asoló completamente el centro de la ciudad y su reconstrucción posterior se centró en gran medida en los estilos Art Decó y Spanish-mission que estaban de moda en esos momentos en EEUU. Ello dio como resultado un increíble conjunto de arquitectura solo comparable con el distrito de Art Decó de Miami. Actualmente cada año se celebra en la ciudad un encuentro de los amantes del art decó.
En esta oportunidad hemos contratado una excursión externa de un tour-operador local en inglés, que compartiremos con dos parejas del barco, ambas francesas. Dejamos el barco a las 10,30 y el guía y chofer John nos esperaba al lado de la pasarela. Lo primero que pudimos observar, como ya lo habíamos hecho al acercarnos al puerto con el barco, es la gran cantidad de restos de madera que se extienden a lo largo de la línea de la costa y en el mismo mar. Son los restos del tornado que sufrió esta zona hace cosa de un mes, y que inundó una parte del extrarradio de la ciudad destruyendo y cubriendo de agua toda una zona de casas y talleres.
Desde el puerto y tras dejar atrás el paseo marítimo, donde se encuentra un monumento que conmemora que Nueva Zelanda fue el primer país en permitió el derecho al voto de las mujeres en 1893, emprendemos un tour hacia el interior de la zona de Hawkes Bay.

En primer lugar, podemos observar el destrozo que el ciclón hizo en una línea férrea que tiene todas las vías levantadas y los puentes destruidos. Esta destrucción y toda la madera depositada en la orilla de la costa y el mar se debe según nos explica el guía a que siendo la zona una gran productora de madera, resulta que se cortan los árboles se transportan limpios de ramas, raíces y demás lo que provoca una gran cantidad de restos en los bosques que cuando hay fuertes lluvias como las hubo durante el ciclón, todos estos desperdicios de madera son arrastrados por las aguas creando diques y obstáculos con la madera que finalmente que al ser superados provocan grandes riadas de agua y con ello a la destrucción de puentes, vías férreas carreteras e inundaciones en zonas habitadas como pudimos comprobar.

Nos dirigimos hacia una zona más alejada de la costa donde existe una gran extensión de plantaciones de manzanos que se encontraban en plena recolección.


Nos dirigimos hacia una zona más alejada de la costa donde existe una gran extensión de plantaciones de manzanos que se encontraban en plena recolección. Pasamos junto a fincas con hermosas villas de los propietarios de las tierras de cultivo que las rodean. Vimos así mismo muchísimo ganado, desde vacas, ovejas e incluso alpacas. Es un paseo por un valle precioso y con unas vistas de las cercanas montañas, un paisaje de postal idílica.

Nos paramos a tomar un café en un simpático chiringuito en medio del campo y continuamos por una zona con grandes mansiones de campo junto a viñedos increíbles y en algunas de ellas con bodegas vinícolas. El guía nos explica la curiosa forma de la producción de los vinos de Nueva Zelanda. A diferencia de Europa donde la producción está muy regulada, en Nueva Zelanda se cultiva con riego gota a gota y los vinos jóvenes se guardan en barricas con posos de vinos previos de reserva que les dan un cuerpo. También les ponen serrín de la parte interna de barriles de roble para dar gusto de madera, filtrándolos a continuación y de esta forma a vinos de dos años les ponen categoría de reserva.

Nos desviamos para subir a la montaña Ta Mata desde donde hay una vista increíble de la ciudad de Napier y de los valles de la zona, pero a mitad de camino hay una valla que no nos permite continuar ya que está cerrada por deslizamientos motivados por el ciclón. Seguimos descendiendo a través de campos de manzanos y viñedos y finalmente llegamos a la ciudad de Hastings, que se halla a pocos kilómetros de Napier. En ella ya vemos muestras de arquitectura art-decó. Es una ciudad del tamaño de Napier.

Finalmente llegamos a Napier y entramos en una antigua sede de Tabacos que es ahora un lugar de degustación de vinos, toda ella art-decó. Subimos a la colina que está encima de Napier para tener una visión de ella desde las alturas y en ese momento se desata una tempestad de lluvia y viento que genera ríos de agua e imposibilita la visión. Bajamos hacia el centro de la ciudad con la persistente lluvia y hacemos fotos desde dentro de la furgoneta de diferentes edificios.

Finalmente, el vendaval se calma un poco y aprovechamos para andar por las calles del centro completamente anegadas y hacer fotos de los edificios emblemáticos del art decó y entrar en alguna tienda donde las dependientas y los artículos en venta te trasladan a los años 30. A posteriori el guía nos vuelve a subir a la colina para ver Napier desde lo alto.
Regresamos al barco con el mal sabor de boca de no haber podido ver la ciudad con todo su esplendor pero lo cierto es que ha sido una jornada muy interesante con todo lo que hemos visto y aprendido de esta zona donde se encuentra la ciudad de Napier, que ya nunca jamás volveremos a olvidar. Al llegar al barco tuvimos que esperar más de media hora en subir a bordo por medidas de seguridad, ya que durante la tormenta una pasarela se cayó y unos operarios estaban tratando de retirarla. No nos queremos imaginar cómo puede llegar a ser un ciclón en esta zona si una tormenta ha provocado en 10 minutos todos estos destrozos. Al zarpar nos dirigimos a nuestro cuarto y último destino en Nueva Zelanda, su capital Wellington temeroso.

