FUNCHAL – ISLA DE MADEIRA
Tras otro día de navegación, en el cual no nos dio tiempo a aburrirnos, dado que entre las numerosas actividades a las que podemos asistir como aerobic, charlas sobre los destinos, un recital de opera en el teatro y que por suerte o desgracia tenemos la gran dicha de poder escuchar los ensayos, ya que el tenor está en el camarote de enfrente. Además de mi constante lucha por conseguir poder publicar las paginas de este blog, por la falta de una señal wifi suficiente, el día de navegación se nos hizo corto. Finalmente llegamos a nuestra segunda escala atlántica Funchal. La primera impresión ya desde la misma cubierta del barco es que se trata de un pequeño paraíso natural. La ciudad se alarga por una zona de la costa de las pocas de la isla donde no hay acantilados y que es donde se encuentra el puerto y donde se fue extendiendo la ciudad hacia la montaña cercana, lo cierto es que es una ciudad en la cual el ejercicio físico si caminas por ella está garantizado. La corta visita a la isla la dividimos en dos partes. Durante la mañana y de forma particular visitamos la ciudad de Funchal, visitando la ciudad antigua donde pudimos admirar la limpieza en sus calles y plazas rodeados de una exuberante vegetación que produce una gran calma y tranquilidad.
La corta visita a la isla la dividimos en dos partes. Durante la mañana y de forma particular visitamos la ciudad de Funchal, paseando por la ciudad antigua donde pudimos admirar la limpieza de sus calles y plazas rodeados de una exuberante vegetación que produce una gran calma y tranquilidad.
Visitamos el parque central, la catedral, un edificio bastante pequeño y de estilo colonial, así como el Mercado dos Lavradores con numerosas paradas de flores y plantas Así como una lonja de pescado aneja donde comprobamos el tipo de pesca de la zona donde destaca el pez espada, diferente del que conocemos habitualmente y que tiene un aspecto no muy atractivo, así como atunes, escórpora y otros peces desconocidos para nosotros



A través de las encantadoras calles de la parte antigua de la ciudad, llegamos a una zona de bares y restaurantes en la que tuvieron la magnifica idea de pintar puertas y ventanas con pinturas de diversos temas que la hacen una zona especial y muy recomendable de visitar ya que los comerciantes de la zona tuvieron una idea sensacional al decorar sus puertas y ventanas con pinturas y dibujos de diferente índole que le da a la zona un encanto especial.
Nos dirigimos hacia la zona costera y su paseo marítimo, desde el que podemos observar tanto la fortaleza que defendía la ciudad, como las telecabinas que suben a la parte alta de la ciudad. Finalmente tras hacer algunas compras en la zona comercial, volvimos en taxi al barco con la grata impresión que Funchal a pesar de estar alejada del continente, es una ciudad completamente europea, limpia ordenada y con vida y con la ventaja de tener una vegetación pseudo-tropical que la hacen paradisiaca.
Nos dirigimos hacia la zona costera y su paseo marítimo, desde el que podemos observar tanto la fortaleza que defendía la ciudad, como las telecabinas que suben a la parte alta de la ciudad. Finalmente tras hacer algunas compras en la zona comercial, volvimos en taxi al barco con la grata impresión que Funchal a pesar de estar alejada del continente, es una ciudad completamente europea, limpia ordenada y con vida y con la ventaja de tener una vegetación pseudo-tropical que la hacen paradisiaca.

La segunda parte de la visita la iniciamos saliendo de la ciudad en autocar y dirigiéndonos por una carretera que asciende hasta llegar al mirador del Cabo Girao, dejándonos durante su trayecto espectaculares vistas de poblaciones y de cultivos tanto de vid, como de caña de azúcar y plataneras que se extienden desde el mar hasta lo alto de la montaña ocupando toda s extensión, dándonos una imagen de vergel.

En el Cabo Girao se encuentra un mirador situado en un acantilado con una plataforma con el suelo de vidrio y una altura de 580 metros, el segundo más alto del mundo. Desde el se puede observar una vistas emocionantes, tanto hacia el horizonte como hacía abajo, donde una costa abrupta rodea al cabo. Desde este mirador queda patente la magnificencia de los paisajes de la isla y la idea de que se trata de un pequeño paraiso


Tras dejar el Cabo Girao nos dirigimos a la costa hacia el pueblo de Ribera Brava, que se encuentra al final de una gran garganta que en época de lluvias lleva gran cantidad de agua de donde le viene el nombre al pueblo. Finalmente nos dirigimos hacía el Mirador del Pico da Torre desde el que podemos ver el pueblo pesquero de Cava do Lobos, tras lo cual volvemos al barco para abandonar la isla e iniciar la nueva singladura.
Nos vamos de Madeira con la idea d que se trata de un destino turístico muy interesante, pero no para el turismo de playa, sino para las personas amantes de la naturaleza, el paisaje, y el senderismo, además que va acompañado de una buena gastronomía, como yo mismo pude apreciar cuando en una bar de Ribera Brava vi que la guía se ponía a comer algo que tenía muy buen aspecto y al peguntar de que se trataba me dijeron que era una sopa de pescado a la que no pude resistirme pidiéndoles si me podían servir una ración y doy fe que la disfruté muchísimo.
Nos vamos de Madeira con la idea d que se trata de un destino turístico muy interesante, pero no para el turismo de playa, sino para las personas amantes de la naturaleza, el paisaje, y el senderismo, además que va acompañado de una buena gastronomía, como yo mismo pude apreciar cuando en una bar de Ribera Brava vi que la guía se ponía a comer algo que tenía muy buen aspecto y al peguntar de que se trataba me dijeron que era una sopa de pescado a la que no pude resistirme pidiéndoles si me podían servir una ración y doy fe que la disfruté muchísimo.
Muy Chulo, a pasado miedo Inma en las cataratas,me alegro que lo estéis pasando bien muchos besitos