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Sidney, 17 y 18 de Marzo

Sidney 17 de marzo

Tras un día de navegación por el casi nunca apacible Mar de Tasmania, por fin nos estábamos acercando a uno de nuestros destinos favoritos, la ciudad australiana de Sídney.
Nuestra llegada se produjo durante la madrugada motivo que nos impidió ver en toda su magnitud la magnifica bahía que la baña. Sídney es una gran y moderna ciudad de más de 5.000.000 de habitantes que se extiende a lo largo de su amplia bahía, con viviendas y mansiones de lujo cercanas a numerosos puertos deportivos, donde fondean cientos de embarcaciones recreativas, un verdadero paraíso para las personas que les gusta el mar y navegar en él.
El crucero atracó en un sitio privilegiado. Tenemos justo enfrente la zona de negocios y comercial de Sídney con los grandes edificios de las más importantes corporaciones y hoteles que forman un skyline majestuoso. A estribor la vista del Harbour Bridge, el séptimo puente de arco voladizo más largo del mundo, con una longitud de 1149 m. sobre el agua, tratándose a su vez del puente de arco de acero más alto y ancho del mundo. A babor tenemos el edificio más emblemático de la ciudad y uno de los más conocidos en el mundo, el edificio de la Opera.
Nuestro primer día lo iniciamos realizando una excursión por Sídney y su bahía. Salimos a primera hora de la mañana, pasando primero por el barrio contiguo de The Rocks que es el barrio más antiguo de Sídney y primer emplazamiento donde se instalaron los primeros emigrantes que llegaban a Australia. El barrio lleno de bares, restaurantes y pequeños comercios se está preparando para celebrar el día de Saint Patrick. Nos dirigimos a través del centro de la ciudad, una zona de edificios muy altos de oficinas por su principal vía comercial la George Street, pasamos junto a la Tower Skywalk con sus 286 metros de altura y  llegamos al Jardín Botánico y en su interior nos acercamos a uno de sus lugares emblemáticos que se denomina Mrs Macquaries Point o la silla de la señora Macquaries. Se trata de un mirador con vistas a la Ópera y al Sídney Harbour Bridge.
Tras realizar numerosas fotos de la ciudad y su puerto, nos dirigimos hacia los barrios de la zona este de la ciudad a través de la costa. Primero pasamos por Pots Point el barrio donde viven los marinos que tienen en esa zona su base militar, y el lugar donde otras armadas extranjeras atracan sus buques de guerra. En su zona más popular se encuentra King Cross, que antes era el barrio rojo de la ciudad, con locales de striptease y de juego, pero que ahora ha cambiado mucho, aunque por la noche sigue siendo conflictivo por las peleas entre la gente que bebe en exceso.
Cuanto más nos alejamos del centro más lujosas, caras y exclusivas son las casas y mansiones que encontramos. Los amarres de los puertos deportivos se encuentran muy cercanos en las zonas de las bahías de Double Bay y Rose Bay donde las mansiones son propiedad de artistas de cine como Nikole Kidman o Russell Crowe y de grandes magnates que en la época invernal del hemisferio norte se trasladan a Sídney para aprovechar su verano.
 Tras dejar esta zona nos dirigimos a la parte más alejada de la bahía que es Watsons Bay donde se encuentra el faro que da entrada a la bahía. Finalmente, y siguiendo por una serie de urbanizaciones espectaculares llegamos a la mítica playa de Bondi, en la cual podemos contemplar a diferentes surfistas intentando dominar las olas encima de sus tablas.
Pasamos un rato caminando por su paseo, para tras ello regresar hacía Sidney, pasando esta vez por el interior, atravesando el barrio de Paddington, en el que viven jóvenes artistas y en sus calles hay multitud de tiendas y comercios pequeños frecuentados por los habitantes del barrio que en su mayoría son gente joven. Tras pasar por delante de la catedral católica de Santa María.              l
nos dirigimos a una visita guiada de la joya de la corona de la ciudad, el teatro de la Opera, construido en 1973 por el arquitecto danés Jorn Utzon y remodelado en 2018. Por suerte el guía que nos va a acompañar a la visita habla español. Lo seguimos al interior de la sala donde se representa la ópera y el ballet que tiene una capacidad de 1500 personas. Cuenta con un foso para 120 músicos y una serie de plataformas móviles que suben y bajan los decorados desde los pisos inferiores. En total el edificio de la Ópera cuenta con 5 salas. Su estructura exterior en forma de conchas es de hormigón, con un revestimiento exterior de más de un millón de azulejos de cerámica. Esta estructura tiene en su interior varias ‘cajas’ totalmente independientes que es donde se albergan las diferentes salas. A continuación, y dado que han acabado los ensayos se nos permite entrar a la sala grande que es donde actúa la Filarmónica de Sídney. Es una sala de mayor capacidad llegando a 2700 espectadores, teniendo incluso localidades detrás de la orquesta. Esta sala también sirve para albergar conciertos pop de pequeño formato. No nos permiten tomar fotos pues hay una violoncelista en el escenario. Tras una pequeña charla del guía en la que nos explica las recientes modificaciones de la sala para la mejora de la acústica, la violoncelista empieza a tocar una pieza, y nos deja a todos sin palabras, dado la calidad del sonido que con solo un instrumento nos envuelve, una sensación maravillosa y una pequeña muestra de lo que podríamos llegar a sentir con toda la filarmónica actuando conjuntamente.
Tras esta visita regresamos al barco puesto que esa tarde tenemos entradas para una gala de ópera en el mismo edificio. Nos cambiamos de ropa y nos dirigimos nuevamente al edificio de la Ópera, a nuestra localidad en la sala pequeña, donde asistimos a un maravilloso recital con arias del Barbero de Sevilla, Lackme, Carmen, Los pescadores de perlas., La Boheme, Turandot y la Traviata. Fue una experiencia maravillosa con unos cantantes magníficos, que nos hicieron pasar una hora y media maravillosa en el interior de ese edificio tan emblemático, un recuerdo para toda la vida. Tras esta visita regresamos, para volver a cambiarnos e ir junto a los compañeros de mesa a cenar a un restaurante del puerto que habíamos reservado previamente. Cenamos sin ningún problema con el idioma ya que las dos camareras que nos atendieron eran una uruguaya y la otra de Valencia. Era la cena de despedida de Chus y Juan Luis dos de nuestros compañeros de mesa que ya abandonan el barco. Hay un gran ambiente en toda la zona ya que como os adelantamos era el día de San Patricio y había numerosas personas que vestían de verde. Tras pasear y tomar un helado nos dirigimos al barco y nos fuimos a descansar dado que al día siguiente teníamos otro día intenso.

Sidney 18 de marzo

Nuestro segundo día en Sídney comienza muy temprano ya que tenemos una excursión a las Montañas Azules y debemos salir a las 7,15. Tras atravesar nuevamente la ciudad, pero esta vez hacia la zona oeste nos dirigimos por autopista a una zona montañosa que se haya a un poco menos de 2 horas de Sídney. Contemplamos la gran cantidad de obras que se están realizando en el extrarradio ya que Sídney está creciendo vertiginosamente. Tras un trayecto agradable, aunque incomodo pues el autocar parecía de RyanAir con unos asientos super estrechos y llegamos a nuestra primera parada
Echo Point es un mirador turístico ya en el parque nacional de las Montañas Azules. Es un lugar donde a lo largo de los milenios la arenisca se ha erosionado formando desfiladeros bordeados de abruptos acantilados separados por estrechas crestas como las que vemos desde este mirador, las famosas Three Sisters, formación rocosa, así como una vista sobre toda esta zona montañosa con verdaderos bosques selváticos casi todos de eucaliptos.
Tras esta parada nos dirigimos hacía Scenic World una plataforma en la cual se combinan dos teleféricos y un tren cremallera que nos indican que se trata del más inclinado del mundo. Montamos primero en el tren descendiendo con una inclinación importante en un trayecto corto a la parte baja de la montaña, desde allí y a través de un camino del bosque que pasa por una antigua mina de carbón de la zona, nos acercamos hasta el funicular que nos llevará al punto de partida. Todo ello por supuesto con las consiguientes colas. Al llegar al punto de partida intentamos coger el segundo funicular, pero dada la cola existente y el poco tiempo que tenemos antes de salir desistimos de la idea y vamos a la tienda de souvenirs
Nuestra siguiente parada durante algunos minutos es en la vecina ciudad de Leura. Pequeña ciudad con unos comercios muy atractivos y donde aprovechamos para ir a la farmacia y comprar alguna cosa que nos falta. Nos llevan a comer a un restaurante de un complejo termal y nos dan de comer de una forma extraña ya que a cada persona le dan un plato diferente, por ejemplo, a mí me toca pollo a la plancha con salsa y patatas y a Inma una lasaña que compartimos. Tras la comida nos dirigimos de regreso al barco en un profundo silencio ya que todo el mundo aprovecha para echar una cabezadita.
Al llegar a Sidney nos vamos a pasear por los Rocks, donde en sus calles hay instalado un mercadillo, además de seguir con la fiesta de Saint Patrick. A la hora de zarpar subimos a popa de la cubierta 13 para contemplar la salida del barco a través de la maravillosa bahía de Sídney y decirle adiós con gran aflicción ya que no nos hubiese importado permanecer en este puerto un par de días más para conocer mejor esta fantástica ciudad.

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